El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, y desde EGOM queremos hacer hincapié en todas aquellas cuestiones de salud de la mujer teniendo en cuenta las distintas necesidades de la mujer en las diferentes etapas de su desarrollo.
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El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, y desde EGOM queremos hacer hincapié en todas aquellas cuestiones de salud de la mujer teniendo en cuenta las distintas necesidades de la mujer en las diferentes etapas de su desarrollo.
La perimenopausia, también conocida como la transición hacia la menopausia, es un proceso natural que experimentan las mujeres cuando sus ovarios empiezan a producir menos estrógenos. Suele comenzar entre los 40 y los 50 años y puede durar varios años hasta que llega la menopausia propiamente dicha. En EGOM, especialistas en ginecología y obstetricia, queremos ofrecerte información detallada sobre esta etapa, los síntomas asociados y consejos prácticos para afrontarla de manera saludable.
La sexualidad es un pilar básico en la construcción de la pareja y normalmente la asociamos a una sensación placentera y de disfrute. Sin embargo, muchas mujeres no son capaces de experimentar estas sensaciones positivas porque prevalecen otras negativas como el dolor.
La obesidad es la acumulación anormal y/o excesiva de grasa que puede afectar, negativamente, a la salud. Según la sociedad española para el
Estudio de la Obesidad, se considera obesidad un índice de masa grasa superior al 25% en hombres y al 33% en mujeres.
La OMS la reconoce como un problema sanitario de primer nivel y estima que, en todo el mundo, el número de personas que sufren obesidad supera los 650 millones.
En España, un 60% de la población sufre de sobrepeso, situándose en torno al 20% el porcentaje de personas con obesidad.
Por el tipo de problemas de salud que acarrea, la obesidad debe ser reconocida como una enfermedad cuyos factores de riesgo son, fundamentalmente, los siguientes:
La edad (sarcopenia y el aumento de índice de masa grasa a partir de los 65 años), la menopausia (cuando se produce una disminución de las hormonas anabólicas y los estrógenos), las alteraciones del sueño, la presencia de disruptores endocrinos y la microbiota intestinal.
El estrés, el sedentarismo, el uso de fármacos anticonceptivos o psicotrópicos, el patrón alimentario, un ambiente cada vez más obesogénico y los factores prenatales, que incluyen alteraciones en la dieta de la gestante tanto por exceso como por defecto)
• Factores genéticos
El desconocimiento que, en el pasado, se tenía acerca de la implicación de los circuitos neurohormonales en los mecanismos fisiopatológicos responsables del desarrollo de la obesidad, ha dado paso a una relación probada, científicamente, entre los cambios en los sistemas de señalización periféricos y la forma en que el cuerpo humano regula la ingesta de alimentos.
El tejido adiposo —el almacén de energía primaria o, más comúnmente conocido como reservas de masa grasa—es un sistema regulador del equilibrio energético que responde a nutrientes, señales neuronales y hormonales, con la liberación de hormonas y moléculas de señalización paracrina, llamadas adipocinas, que controlan la ingesta de alimentos y el metabolismo energético, como la función inmunológica y neuroendocrina.
De todas las adipoquinas identificadas hasta el momento, la leptina sigue siendo la principal señal de adiposidad.
En otras palabras, la relación entre cerebro, intestino y adipocitos, resulta fundamental para una correcta regulación del peso corporal.
Como hemos mencionado anteriormente, la obesidad se asocia con un buen número de enfermedades, como las metabólicas (enfermedades cardiovasculares, diabetes, etc), mecánicas (osteoartritis) y mentales, como la depresión o la ansiedad.
El PCOS es una enfermedad endocrina de alta prevalencia que suele aparecer en varios miembros de una misma familia. Su primera aparición suele ser en una adolescente o una mujer en edad reproductiva que presenta un hirsutismo u otras manifestaciones de hiperandrogenismo, alteraciones en el ciclo menstrual y obesidad.
Entre las alteraciones que provoca, destacan la disfunción neuroendocrina por un aumento de LH con una secreción de FSH normal o disminuida; la disfunción metabólica con una resistencia de insulina periférica que se expresa por una hipersecreción de insulina, que provoca un aumento en la secreción de andrógenos por el ovario y las glándulas suprarrenales, que estimula la secreción de LH y disminuye la síntesis hepática de la proteína transportadora de hormonas sexuales (SHBG) y hace que aumente la fracción libre y actividad biológica de los andrógenos.
Por último, también es recurrente la disfunción de la esteroidogénesis ovárica y/o suprarrenal.
Sus síntomas puedan ser muy variados según la edad de la paciente, aunque suelen manifestarse en el período premenárquico, en el que aparecen alteraciones en el ciclo menstrual, alteraciones cutáneas relacionadas con el hiperandrogenismo como el hirsutismo, el acné o la alopecia.
La mayoría de estas pacientes, sufren de alteraciones en su metabolismo como resistencia a la insulina con hiperinsulinemia compensatoria, obesidad y dislipemia.
Del mismo modo, un número de folículos ováricos igual o superior a 12 con un tamaño de entre 2 y 9mm o un volumen aumentado de más de 10ml sin usar anticonceptivos, puede definir el síndrome.
El diagnóstico ha de comprobarse bioquímicamente y se basa en la combinación de las características clínicas, bioquímicas y ultrasonográficas.
Un descenso del peso corporal mejora la sintomatología y las características clínicas de mujeres con PCOS, al conseguir un descenso en insulina, incluyendo una mejor regulación del ciclo menstrual y una mejora del hirsutismo y el acné.
La obesidad tiene un impacto muy negativo en la fertilidad, no solo en la capacidad de concepción sino a la hora de someterse a un tratamiento de fertilidad.
Además, aumenta el riesgo de aborto espontáneo, de que el feto sufra anomalías congénitas y de que existan complicaciones en el embarazo.
Todo lo anterior se relaciona con el exceso de estrógenos en las mujeres que sufren obesidad, por ello, las mujeres deben aspirar a un Índice de Masa Corporal (IMC) normal antes de iniciar cualquier tratamiento de fertilidad.
Otros problemas que puede acarrear la obesidad son un riesgo de morbimortalidad significativamente más alto, la aparición de diabetes e hipertensión gestacionales o preeclampsia, adelanto del parto (neonatos) e incluso mortalidad.
Está demostrado que las mujeres cuyo índice de masa grasa se sitúe en valores normales, conseguirán un aumento en las tasas de ovulación en embarazos espontáneos y recién nacidos normales.
Debido al aumento de la esperanza de vida, las mujeres pasan la mitad de su vida siendo fértiles, y la otra mitad en lo que se conoce como etapa menopausia.
Por ello, más allá de los síntomas climatéricos, debemos acompañar a la mujer en todas las realidades derivadas de este período, como por ejemplo, la obesidad que, tan frecuentemente, se deriva de la menopausia y que puede acarrear problemas tan graves como un aumento en la prevalencia del cáncer de mama.
Durante esta, las mujeres aumentan, de media un 6% de su peso y sobre un 17% de materia grasa.
Está científicamente probado que la pérdida de peso en la menopausia mejora significativamente las comorbilidades asociadas a la obesidad.
Si quieres ahondar más sobre este tema, te recomendamos este otro artículo en el que abordamos, de forma más profunda, la relación entre la menopausia y el aumento de peso en la mujer.
En EGOM somos especialistas en salud de la mujer. Contacta con nosotros si necesitas que estudiemos tu caso y te ayudemos a estar y encontrarte mejor.
La menopausia es una etapa clave de la vida de la mujer en la que se producen innumerables cambios fisiológicos, entre ellos, un aumento medio de peso del 6% con un incremento de alrededor de un 17% en masa grasa.
Existen varios factores de riesgo para desarrollar obesidad en la menopausia:
La obesidad, definida como el exceso de grasa en el organismo que puede afectar a la salud, se asocia a un gran número de enfermedades que pueden afectar al embarazo o empeorar durante el mismo, así como a enfermedades mecánicas y mentales.
Si tenemos en cuenta que la edad media de establecimiento de la menopausia en España está estimada en los 52 años y la esperanza de vida de la mujer española se sitúa en torno a los 87 años, podemos inferir que la mujer pasa el mismo periodo de tiempo en edad fértil que en etapa menopáusica.
Es por tanto que, hoy en día, debemos acompañar a nuestras pacientes menopáusicas en esta etapa de la vida, en aras de cuidar su salud de forma global y no centrarnos solo en los síntomas relacionados con la sexualidad femenina.
El síndrome climatérico es más pronunciado y con mayor frecuencia de sofocos. Se ha demostrado que el exceso de grasa actúa como un aislante corporal que favorece el incremento de la intensidad de la sintomatología.
El síndrome genitourinario es más acusado, con mayor disfunción del suelo pélvico e infecciones urinarias mas frecuentes.
Los trastornos menstruales multiplican por tres su frecuencia.
Existe una mayor incidencia de cáncer de endometrio e hiperplasia endometrial.
Se cree que los cambios endocrinos que tienen lugar en la obesidad podrían ser los causantes del incremento de la prevalencia de cáncer de mama en las mujeres obesas, siendo la afección en mujeres obesas de hasta un tercio del total de casos.
Por todo ello, existen una serie de beneficios de la pérdida de peso en la mujer menopáusica, entre los que podemos resaltar:
En cuanto al abordaje terapéutico de la obesidad y sobrepeso, todavía existen varias barreras para el tratamiento.
Solo un 10% de los pacientes americanos han recibido un diagnóstico de obesidad, debido a una falta de reconocimiento de la enfermedad por parte de médicos y pacientes.
Muchas de las estrategias de tratamiento conservador fracasan y esto crea una experiencia negativa sobre tratamientos anteriores, ya que la recuperación de peso es una experiencia habitual.
Existe una laguna terapéutica para los pacientes que no responden de forma suficiente a las intervenciones en el comportamiento y en el estilo de vida, y que no son candidatos viables para la cirugía bariátrica o no desean someterse a ella.
Estos pacientes necesitan opciones adicionales de tratamiento. Los fármacos con indicación para el control del peso, utilizados adecuadamente, pueden ayudar a cubrir esta laguna.
Los fármacos autorizados para el control de peso en España son el Orlistat (inhibidor de la lipasa), la Natltrexona/Bupropion y la Liraglutida.
Cualquiera de los tratamientos debe suspenderse y considerar fracasado su tratamiento si en 12 semanas el paciente no ha conseguido perder el 5% del peso corporal inicial.
El climaterio es el periodo en la vida de la mujer en el que se produce el paso progresivo del estado reproductivo al no reproductivo. La menopausia forma parte del climaterio y hace referencia al momento en que cesa la menstruación. Es una fase natural en la vida de la mujer que representa el final de su vida fértil y suele ocurrir entre los 45 y 55 años.
Hemos hablado en varias ocasiones que la Menopausia es una etapa en la vida de la mujer llena de cambios y que debe vivirse como una etapa más con absoluta normalidad. También es una etapa llena de mitos que debemos desterrar. Lo que es cierto es que los cambios hormonales provocan cambios físicos en algunas mujeres pero en otras no.
Desde el momento en que la mujer empieza a tener desarreglos menstruales, debe continuar con los hábitos de vida saludables recomendables para cualquier otra persona o adoptarlos si no los tenía. Para llegar a la madurez con calidad de vida es necesario poner en práctica la medicina preventiva.
Se habla mucho de la disfunción sexual durante la menopausia. ¿Es inherente a esta etapa de la vida de la mujer? ¿Se produce como consecuencia de los trastornos que esta produce? ¿Cuál es la solución?
La menopausia es la etapa en la vida de la mujer en la que los ovarios dejan de ovular y finalizan las menstruaciones.
La edad media en la que se produce se sitúa alrededor de los 51.4 años con una variación entre normal entre los 48 y los 54 años.