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Obesidad en la mujer, ¿Cómo afecta en sus diferentes etapas?

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¿Qué es la obesidad?

La obesidad es la acumulación anormal y/o excesiva de grasa que puede afectar, negativamente,  a la salud. Según la sociedad española para el

Estudio de la Obesidad, se considera obesidad un índice de masa grasa superior al 25% en hombres y al 33% en mujeres.

La OMS la reconoce como un problema sanitario de primer nivel y estima que, en todo el mundo, el número de personas que sufren obesidad supera los 650 millones.

En España, un 60% de la población sufre de sobrepeso, situándose en torno al 20% el porcentaje de personas con obesidad.

Factores que provocan obesidad en la mujer

Por el tipo de problemas de salud que acarrea, la obesidad debe ser reconocida como una enfermedad cuyos factores de riesgo son, fundamentalmente, los siguientes:

  • Factores fisiológicos

La edad (sarcopenia y el aumento de índice de masa grasa a partir de los 65 años), la menopausia (cuando se produce una disminución de las hormonas anabólicas y los estrógenos), las alteraciones del sueño, la presencia de disruptores endocrinos y la microbiota intestinal.

  • Factores Externos

El estrés, el sedentarismo, el uso de fármacos anticonceptivos o psicotrópicos, el patrón alimentario, un ambiente cada vez más obesogénico y los factores prenatales, que incluyen alteraciones en la dieta de la gestante tanto por exceso como por defecto)

• Factores genéticos

Regulación del apetito

El desconocimiento que, en el pasado, se tenía acerca de la implicación de los circuitos neurohormonales en los mecanismos fisiopatológicos responsables del desarrollo de la obesidad, ha dado paso a una relación probada, científicamente, entre los cambios en los sistemas de señalización periféricos y la forma en que el cuerpo humano regula la ingesta de alimentos.

El tejido adiposo —el almacén de energía primaria o, más comúnmente conocido como reservas de masa grasa—es un sistema regulador del equilibrio energético que responde a nutrientes, señales neuronales y hormonales, con la liberación de hormonas y moléculas de señalización paracrina, llamadas adipocinas, que controlan la ingesta de alimentos y el metabolismo energético, como la función inmunológica y neuroendocrina. 

De todas las adipoquinas identificadas hasta el momento, la leptina sigue siendo la principal señal de adiposidad. 

En otras palabras, la relación entre cerebro, intestino y adipocitos, resulta fundamental para una correcta regulación del peso corporal.

La obesidad en la mujer

Como hemos mencionado anteriormente, la obesidad se asocia con un buen número de enfermedades, como las metabólicas (enfermedades cardiovasculares, diabetes, etc), mecánicas (osteoartritis) y mentales, como la depresión o la ansiedad.

PCOS (obesidad durante la adolescencia)

El PCOS es una enfermedad endocrina de alta prevalencia que suele aparecer en varios miembros de una misma familia. Su primera aparición suele ser en una adolescente o una mujer en edad reproductiva que presenta un hirsutismo u otras manifestaciones de hiperandrogenismo, alteraciones en el ciclo menstrual y obesidad.

Entre las alteraciones que provoca, destacan la disfunción neuroendocrina por un aumento de LH con una secreción de FSH normal o disminuida; la disfunción metabólica con una resistencia de insulina periférica que se expresa por una hipersecreción de insulina, que provoca un aumento en la secreción de andrógenos por el ovario y las glándulas suprarrenales, que estimula la secreción de LH y disminuye la síntesis hepática de la proteína transportadora de hormonas sexuales (SHBG) y hace que aumente la fracción libre y actividad biológica de los andrógenos. 

Por último, también es recurrente la disfunción de la esteroidogénesis ovárica y/o suprarrenal.

Sus síntomas puedan ser muy variados según la edad de la paciente, aunque suelen manifestarse en el período premenárquico, en el que aparecen alteraciones en el ciclo menstrual, alteraciones cutáneas relacionadas con el hiperandrogenismo como el hirsutismo, el acné o la alopecia.

La mayoría de estas pacientes, sufren de alteraciones en su metabolismo como resistencia a la insulina con hiperinsulinemia compensatoria, obesidad y dislipemia.

Del mismo modo, un número de folículos ováricos igual o superior a 12 con un tamaño de entre 2 y 9mm o un volumen aumentado de más de 10ml sin usar anticonceptivos, puede definir el síndrome.

El diagnóstico ha de comprobarse bioquímicamente y se basa en la combinación de las características clínicas, bioquímicas y ultrasonográficas. 

Un descenso del peso corporal mejora la sintomatología y las características clínicas de mujeres con PCOS, al conseguir un descenso en insulina, incluyendo una mejor regulación del ciclo menstrual y una mejora del hirsutismo y el acné.

Obesidad y fertilidad

La obesidad tiene un impacto muy negativo en la fertilidad, no solo en la capacidad de concepción sino a la hora de someterse a un tratamiento de fertilidad.

Además, aumenta el riesgo de aborto espontáneo, de que el feto sufra anomalías congénitas y de que existan complicaciones en el embarazo.

Todo lo anterior se relaciona con el exceso de estrógenos en las mujeres que sufren obesidad, por ello, las mujeres deben aspirar a un Índice de Masa Corporal (IMC) normal antes de iniciar cualquier tratamiento de fertilidad.

Otros problemas que puede acarrear la obesidad son un riesgo de morbimortalidad significativamente más alto, la aparición de diabetes e hipertensión gestacionales o preeclampsia, adelanto del parto (neonatos) e incluso mortalidad.

Está demostrado que las mujeres cuyo índice de masa grasa se sitúe en valores normales, conseguirán un aumento en las tasas de ovulación en embarazos espontáneos y recién nacidos normales.

Obesidad en la mujer y menopausia

Debido al aumento de la esperanza de vida, las mujeres pasan la mitad de su vida siendo fértiles, y la otra mitad en lo que se conoce como etapa menopausia.

Por ello, más allá de los síntomas climatéricos, debemos acompañar a la mujer en todas las realidades derivadas de este período, como por ejemplo, la obesidad que, tan frecuentemente, se deriva de la menopausia y que puede acarrear problemas tan graves como un aumento en la prevalencia del cáncer de mama.

Durante esta, las mujeres aumentan, de media un 6% de su peso y sobre un 17% de materia grasa.

Algunos de los factores de este aumento son:

  • Factores fisiológicos, como el envejecimiento.
  • Factores hormonales; hiperandrogenismo y sobre todo el hipoestrogenismo.
  •  Factores relacionados con el estilo de vida, como el incremento del consumo de calorías, baja actividad física o consumo de alcohol y tabaco.
  • Factores psicológicos como depresión, ansiedad e irritabilidad.

Está científicamente probado que la pérdida de peso en la menopausia mejora significativamente las comorbilidades asociadas a la obesidad.

Si quieres ahondar más sobre este tema, te recomendamos este otro artículo en el que abordamos, de forma más profunda, la relación entre la menopausia y el aumento de peso en la mujer.

En EGOM somos especialistas en salud de la mujer. Contacta con nosotros si necesitas que estudiemos tu caso y te ayudemos a estar y encontrarte mejor.


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