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Testimonio de una mamá de un bebé prematuro: «Si uno quiere y se lo propone nada es imposible»

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Pequeña Emma, el día de mañana espero que cuando estés baja de ánimo o creas que no puedes, lee tu historia y te darás cuenta que  puedes con todo lo que te propongas, ya que desde que naciste eres una luchadora , tu me ha enseñado la lección mas importante de la vida, y es que si uno quiere y se lo propone nada es imposible, y siempre lo más importante, sonriéndole a todo a la vida. Te quiere Mamá……….

Qué ganas de verla la carita, de abrazarla, cantarla, ilusión, miedo, ¿Sabré cuidarla? ¿Seremos buenos padres? ¿Es normal lo que me pasa? ¿Cómo la llamaremos? Desde el momento que sabemos que vamos a ser padres nos inundan muchas dudas, preguntas, miedos, alegrías, etc…nuestro mundo cambia en cuanto vemos la tan esperada línea en el test de embarazo, y la verdad que nunca más desde ese momento volverá a ser lo mismo, no nos preparan para ser padres o madres, pero menos aún cuando nos comunican que la llegada de nuestro bebé será antes de lo esperado y será PREMATURO.

Emma, bebé prematuro

«La niña no coge el peso, incluso en estos últimos 5 días ha perdido 230 gramos, tienes que quedarte ingresada, monotorizada, intentaremos aguantarte la niña 2 días para pincharte corticoides para adelantar el desarrollo pulmonar, te realizaremos una cesárea, la niña irá a la UCI de Neonatos, en la que estará en incubadora, entubada al menos 3 semanas hasta que alcance el desarrollo pulmonar (36 semanas), comerá por sonda y habrá que esperar para ver su evolución.» Nadie está preparado para escuchar esto.

Sin palabras, con la mente en blanco, el corazón acelerado a mil por hora, con millones de preguntas rondando mi cabeza, no entendía nada de lo que me había dicho, solamente que mi hija de 32 semanas (7 meses) con 1.230 gramos iba a nacer en unas condiciones de las que no tenía nada de información, y en las que el libro que me estaba leyendo de las etapas del embarazo, no decía nada de prematuros, incubadoras, ¿Qué pasaría ahora? ¿Qué tenía que hacer? ¿Saldría adelante mi pequeña con sólo un kilo y sin tener los pulmones desarrollados? ¿Tendría secuelas? ¿Qué he hecho mal para hacerle esto a mi pequeña? …..mi cabeza no paraba de preguntar: ¿POR QUÉ?. Llamé a mi marido ,para comunicarle que me quedaba ingresada y que nuestra pequeña iba a nacer antes de tiempo, no supe darle más explicaciones.

Ingresé en la habitación un lunes 9 de abril de 2.012 al mediodía, me monotorizaron y pudimos escuchar los latidos de nuestra pequeña, ese sonido era música para nuestros oídos, y por segundos nos evadimos de la cruda realidad que nos esperaba.

Al día siguiente nos comunicaron que la cesárea sería sobre las 16:00 horas, ya me habían pinchado en dos ocasiones corticoides, pero no podían esperar más, nuestra pequeña  ya  estaba sufriendo. Por fin, iba de camino a quirófano sola en la cama, sintiendo a mi pequeña dentro de mi cómo daba sus patadas, disfrutando cada segundo de ella, antes de que me la quitaran, ya que no sabía que pasaría.

Ya en quirófano mientras me preparaban, vi a unas 7 personas continuamente mirándome a la espera de algo, a lo que le pregunté a mi ginecólogo que quiénes eran, y él me dijo que esas personas estaban esperando a que naciera mi pequeña y son las que se encargarían de ella en cuanto naciera, me alegré de que tanta gente fuera a estar pendiente de ella, pero al mismo tiempo me invadió el miedo ¿Tal vez tanta gente era necesaria porque la situación era mala?.

Después de 40 minutos, por fin escuché las palabras mágicas del Dr. Segura: » ya le veo los tobillos», mientras esperaba ansiosa que la sacara para poder verla aunque fuera un instante, de repente empecé a sentir mareo y mucha presión y a preguntar: “¿Cuánto queda? ¿Ya sale?, Quiero verla, y de repente escuché a la anestesista que se encontraba a mi lado izquierdo, no aguanta voy a pincharla.

Algo mareada, volví a preguntar si ya salía, que quería verla, el Dr Segura. se asomó y me dijo: «Laura ya la hemos sacado, te estamos cosiendo, la niña se la han llevado a la UCI, no puedo decirte como está, ya que nada más sacarla me la han quitado de las manos, solamente estáte tranquila por que tu marido está en la UCI con ella», yo no entendía nada, lo último que recordaba es que ya se le veían los tobillos, me comentó que en ese momento debido a la presión y los nervios me pincharon morfina, por lo que automáticamente me dormí, y en ese transcurso de tiempo fue cuando mi pequeña salió y se la llevaron, no pude verla la carita, ni escucharla llorar, abrazarla, sentirla, tenerla encima de mi pecho tal y como había soñado desde que estuve embarazada, y tampoco sabía como estaba.

Me llevaron fuera de quirófano, y me pusieron calor en las piernas, hasta que se me pasara la anestesia local, ya que no pudieron ponerme epidural puesto que la niña no aguantaría dicha anestesia y hubiera sido un riesgo. Esos minutos fueron eternos, sola en una camilla sin poder levantarme, sin saber nada de mi hija, si poder verla, sentirla, quería salir  corriendo de allí en busca de mi pequeña, ya no la sentía dentro de mi, la echaba de menos y por fin apareció el Dr., Segura: «He ido a conocerla, está bien, controlada y con ganas de vivir, está su padre con ella», esas palabras me devolvieron la vida, mi pequeña tiene ganas de vivir.

Cuando entré en la habitación sólo quería ver a mi marido y que me dijera qué tal estaba nuestra pequeña, por fin le vi, entro sonriendo y con lágrimas en los ojos, sin parar de decir: «Qué guapa es cariño, es preciosa, me han dejado tocarla, me ha agarrado el dedo con su manita, me ha apretado como si supiera que yo era papa, mira la he hecho una foto para que la veas», por fin iba a ponerle cara a mi princesa, tenía una cara pequeñita tapada por tubos, sondas y más cables, pero todo eso era invisible, la miraba, la piel morenita, lisa ,los ojos cerrados, rasgados, era una PRINCESA, era nuestra EMMA.

Hasta el día siguiente por la tarde no pude ir a verla a la UCI, esa noche y mañana se me hicieron eternas. Emi, que es el papa y mi marido, la visitaba a ratitos en la UCI y la hacía fotos para que la pudiera ver, ya que debido a la sonda que tenía puesta por la cesárea no podía moverme.

Por fin sentada en una silla con ruedas empujada por Emi, recorri el camino de la habitación a la UCI, el que me uniría por fin a mi hija y que nunca más nos separaría, se abrieron las puertas automáticas, las enfermeras me saludaron, nos lavamos las manos y llegué a una incubadora tapada por muchos cables. Emi la bajó hasta mi altura, quitó la manta que tapaba la incubadora y por fin la vi. Desde ese momento supe que era especial, era única, una luchadora y era lo mejor que la vida me había podido dar. Durante varios minutos estuve en silencio contemplando su carita, sus movimientos, no me hacía falta nadie más, estábamos los tres juntos y sabía que estando unidos todo saldría bien.

Hasta este momento cualquiera que lea esto y se encuentre o vaya a encontrar en mi situación quizás no sea muy alentador, pero es solo el principio de una historia o una aventura maravillosa, y por supuesto con una final FELIZ.

Quiero agradecer al Doctor Segura del equipo EGOM, la tranquilidad que me transmitió durante el embarazo como en el momento de la cesárea y posterior. Como profesional un +100 pero como persona +1.000, también a la UCI de Neonatos de Montepríncipe, ellos son los que hicieron posible que mi pequeña viviera, tuvimos mucho apoyo durante los 43 días que Emma estuvo ingresada, nunca se me olvidará el día de la Madre, ya que para que fuera un día especial cuando fui a la incubadora había un cartelito con la huella de la mano y del pie de mi pequeña , felicitándome ese día, esos pequeños gestos son un mundo para los padres que pasamos por ello, había momentos complicados, pero en otros momentos fuimos realmente felices, se puede decir que fue nuestro hogar durante ese tiempo, tenemos miles de fotografías y vídeos del paso de Emma por la UCI, para que así el día de mañana ella pueda ver la aventura de sus primeros 43 días de vida.

También agradecer a nuestra familia el apoyo incondicional que tuvimos, sin ellos todo hubiera sido más difícil de afrontar, y sobre todo a su ángel de la guarda, su bisabuelo Issac. A día de hoy nuestra pequeña que ya tiene 3 años es una niña que siempre está sonriendo pase lo que pase, es fuerte, independiente y con muchísima energía.


2 comments

  • Mar Elias

    24/11/2015 at 15:56

    Preciosa tu historia tanto como Enma y tu..mi adorada Laura

    Reply

    • LAURA

      25/11/2015 at 13:27

      gracias , tu mejor que nadie supiste lo que senti el dia que nacio, gracias por estar alli.

      Reply

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