Manejo de la deficiencia de hierro en la mujer, prevención y cómo elegir el tratamiento correcto
La Anemia Ferropenia es la más frecuente de las anemias, posee una carga de enfermedad importante en todos los países del mundo, alcanzando mayor incidencia en mujeres en edad reproductiva entre 15 y 49 años, que se incrementa aún más en mujeres embarazadas.
El Hierro es un componente fundamental en la formación de Hemoglobina, pero también participa en otros procesos en el organismo, como es la fosforilación oxidativa, el metabolismo de neurotransmisores, en la síntesis de DNA y RNA, en la respiración celular, en el transporte de electrones y en el mantenimiento de la integridad celular.
El hierro llega a nuestro organismo a través de la dieta y es absorbido en el aparato digestivo. Llega en forma de hierro unido a grupo hemo y en forma de iones férricos (ya que los alimentos están oxigenados), dichos iones han de reducirse a iones ferroso, para poder ser transportados por la proteína transportadora de iones divalentes al interior del enterocito. Y poder ser liberado al torrente sanguíneo, donde se une a una proteína transportadora (la transferrina). Una vez circulando va a ser transportado, por un lado a la medula ósea donde se produce la eritropoyesis (y 120 días después con la destrucción de los hematíes por los macrófagos de hígado y bazo, el hierro se reutiliza), también es transportado al musculo para formar la mioglobina (hemoproteina estructural y funcionalmente similar a la hemoglobina que tiene capacidad de almacenar oxigeno en el musculo esquelético y el miocardio), por otro lado es transportado al hígado donde se acumula en forma de depósitos unido a ferritina.
De los aproximadamente 10 mg de hierro que se aportan por la dieta van a ser absorbidos el 10 % y similar cantidad va a ser eliminada a través del tubo digestivo (hierro no absorbido), el sudor, la piel, la orina y las perdidas menstruales.
Los requerimientos de hierro van variando en función de la edad de la mujer, siendo especialmente importante el aumento de las necesidades en el embarazo para cubrir las necesidades basales, aumentar la masa eritrocitaria materna y cubrir los requerimientos fetales. Siendo los requerimientos de hierro durante el embarazo de 30 mg al día como nos indica la SEGO.
Causas de déficit de hierro:
Las podemos englobar en cuatro categorías:
-Menor aporte de hierro en la dieta (dietas vegetarianas estrictas)
-Enfermedades que alteran la absorción de hierro (celiaquía, enfermedad de Crohn)
-Pérdidas sanguíneas importantes (hipermenorrea, sangrado por ulcera gástrica o varices esofágicas)
-Aumento de las necesidades (embarazo y lactancia)
Cuando se produce un déficit de hierro en el organismo, en primer lugar se produce un descenso de hierro en los depósitos, para en una segunda fase disminuir el hierro circulante y posteriormente disminuir la hemoglobina y los glóbulos rojos, dando lugar a la entidad clínica que conocemos como Anemia Ferropenica, que da lugar a una sintomatología perfectamente conocida como es : cansancio y fatiga, malhumor y problemas de concentración, dolor de cabeza, mareos, color pálido de piel, dificultad respiratoria, uñas quebradizas .
La Anemia Ferropenica en el embarazo va a influir en la presencia de Bajo peso de los recién nacidos, Deterioro en el desarrollo cognitivo y cerebral, Efectos en el desarrollo psicomotor, Prematuridad y Mortalidad perinatal. Por tanto es importante asegurar la dosis diaria de hierro en 30 mg por día sobre todo en el segundo trimestre.
El tratamiento con hierro lo podemos hacer por vía oral o intravenosa.
Las indicaciones de tramiento con hierro intravenoso son: Inadecuada absorción gastrointestinal del hierro, Intolerancia a la dosis requerida de hierro, Requerimiento de suplementación urgente, Anemia severa y contraindicación a la transfusión, Pérdida de sangre crónica que exceda al reemplazo potencial, Combinación con la eritropoyetina recombinante humana y Ineficacia hierro oral.
La vía oral tiene una serie de efectos secundarios entre los que podríamos resaltar Liberación del hierro a nivel gástrico: Náuseas, gusto metálico, pirosis etc. y Exceso de hierro a nivel intestinal: Malestar intestinal, diarrea/estreñimiento, crecimiento de patógenos intestinales, Incremento estrés oxidativo, Daño DNA, Lisis celular y daño en los tejidos, Relación con la aparición Diabetes gestacional y preeclampsia.
De los hierros disponibles por vía oral podemos reseñar: Sales ( Sulfato, Fumarato, Gluconato), Otros (Liposomado, Bisglicinato, unido a proteínas). Y un hierro de Nueva generación (Ferginate®).
Contamos con un nuevo producto en el mercado. El Ferginate® es un hierro microencapsulado de Nueva generación que contiene Sacarato férrico cubierto por una doble capa de protección de alginato cálcico y que permite una Liberación controlada y selectiva con una Elevada biodisponibilidad. Esta molécula es resistente al Ph acido del estomago manteniendo el hierro en su interior durante su paso por el estomago y dando lugar a la liberación de forma controlada y selectiva a nivel intestinal. Esta circunstancia evita los efectos secundarios derivados de la irritación gástrica en estomago (evita nausea, pirosis y sabor metálico) y contribuye al bienestar intestinal.
2 comments
Molimedic
12/04/2016 at 21:28
Me parece este un excelente blog.
EGOM - Ginecología
14/03/2017 at 16:29
Muchas por su comentario