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Uno no debe olvidarse de que tener el virus en el tracto genital no es sinónimo de cáncer, sino de que se posee el factor de riesgo más importante, pero no el único, para generar un tumor a futuro.
Hoy en día contamos con la prevención primaria y secundaria para prevenir el cáncer de cérvix:
Es por eso que los sistemas sanitarios de varios países poseen programas de vacunación gratuita que apuntan a vacunar a las niñas al principio de su adolescencia, cuando todavía no han iniciado su actividad sexual. En España, la Seguridad Social proporciona la vacuna contra el HPV a las niñas de 14 años.
Las mujeres vacunadas deben recordar que no deben dejar de realizar sus revisiones periódicas con su ginecólogo dado que existe la posibilidad de venir a contacto con otros subtipos virales no contenidos en la vacuna y que causan el restante 20-30% de dichas lesiones. Aún así, el beneficio que se obtiene mediante este método de prevención primaria es enorme respecto a una mujer que nunca recibirá la vacuna.