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No se trata de ninguna enfermedad, aunque si puede predisponer a padecer algunas, por lo que no hay que descuidar la salud ni las revisiones ginecológicas durante este ciclo vital.
La menopausia está rodeada de mitos y prejuicios que debemos desterrar y vivir esta etapa con normalidad.
La menopausia es una etapa más de la vida de la mujer que se caracteriza por la pérdida de la capacidad reproductiva como consecuencia de la desaparición de la secreción hormonal por parte del ovario, que conlleva una serie de cambios metabólicos.
La edad normal de presentación es entre los 45 y 55 años, de tal modo que definimos menopausia precoz aquella que acontece antes de los 45 y menopausia tardía aquella que se produce después de los 55. Existe una clara relación con la fecha de aparición en la madre y hermanas mayores; existiendo también relación con la fecha de aparición del primer periodo menstrual (aproximadamente una mujer se encuentra en edad fértil entre 30 y 35 años).
En cuanto su origen podemos definir menopausia natural la que se produce como agotamiento de la función ovárica, pero también existe lo que denominamos menopausia artificial (aquella que es provocada por cirugía, radioterapia o quimioterapia).
Toda la sintomatología del síndrome climatérico es producida por el descenso brusco de estrógenos en sangre.
Entre los síntomas más comunes encontramos: sofocos, irritabilidad, labilidad emocional (tristeza, llanto fácil,..), descenso de la líbido, sequedad de piel y mucosas (molestias con las relaciones sexuales, irritación vulvovaginal), empeoramiento de los problemas articulares, insomnio; y los más importantes desde el punto de la salud, alteraciones cardiovasculares (la mujer en etapa menopáusica iguala las cifras de infarto de miocardio con el varón) y tendencia a la osteoporosis (descalcificación progresiva de los huesos con el consiguiente riesgo de fractura).
No lo tienen todas las mujeres y las que padecen el Síndrome Climatérico, no todas tienen la misma intensidad de síntomas.
El síntoma que más preocupa a la mujer es los sofocos y la manera de paliarlos. Una dieta rica en soja nos va a ayudar a minimizar estos síntomas, así como la realización de ejercicio para liberar endorfinas. Existen productos naturales derivados de la soja y sin efectos secundarios importantes. Para los sofocos graves contamos con la Terapia Hormonal Sustitutiva (TSH), de la que contaremos toda la información necesaria en un siguiente post, ya que en los últimos años han surgido productos muy seguros y altamente eficaces.
Por último queremos desterrar falsos mitos como es el tema de engordar y de la falta de apetito sexual. Durante la menopausia no se tiene por qué engordar si se hace una dieta equilibrada y se realiza ejercicio, y tampoco tienen por qué acabarse las relaciones sexuales. Es cierto que se da cierto descenso de la libido asociado a una sequedad vaginal, para lo que existen tratamientos para hacer que las relaciones sigan siendo placenteras.
Es importante acudir al ginecólogo para realizar revisiones preventivas, ya que durante esta etapa aumenta el riesgo de padecer procesos oncológicos.