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El cáncer de cuello uterino está causado por las alteraciones celulares ocasionadas por la infección persistente del Virus del Papiloma Humano (VPH), que es un virus de transmisión sexual, con el que entrará en contacto el 80% de la población (hombre y mujeres) a lo largo de su vida. El VPH es más frecuente de lo que se cree. Como muchas personas infectadas por este virus no tienen síntomas, pueden transmitirlo sin siquiera saberlo.
El cáncer de cérvix puede afectar a cualquier mujer, de cualquier edad, desde el inicio de su actividad sexual.
Para su desarrollo es preciso un tiempo de persistencia de la infección en el cuello del útero, estimado en unos 10 años. Hasta hace unos años, su aparición ocurría más frecuentemente en mujeres mayores de 45 años. Con el adelanto en el inicio de las relaciones sexuales, ésta edad también se ha adelantado, por lo que es frecuente que en la actualidad lo podamos ver en mujeres menores de 35 años.
Por lo general, las infecciones por VPH no producen ningún síntoma. De hecho, muchas mujeres superan la infección sin ni siquiera saberlo gracias a las propias defensas de su organismo.
Hay ocasiones en las que la infección por el Virus del Papiloma Humano puede hacerse crónica y llegar así a convertirse en un cáncer.
El cáncer del cuello del útero se detecta mediante citologías. Las revisiones ginecológicas son fundamentales para tener un control y poder detectar cualquier enfermedad a tiempo. El tratamiento dependerá del estado de la enfermedad en el momento de ser diagnosticada: puede ir desde revisiones más frecuentes para controlar la evolución, hasta la posibilidad de tener que pasar por una extirpación parcial o total del útero, o incluso tratamientos con radioterapia o quimioterapia.
El Virus del Papiloma Humano (VPH) es un virus que se transmite muy fácilmente de una persona a otra por contacto genital. No es necesaria una relación sexual completa para contagiarse. El preservativo protege, pero no totalmente frente a la infección por el virus. Hay alrededor de 100 tipos diferentes de VPH que afectan de diferente manera a la zona genital masculina o femenina. Cualquier persona sexualmente activa está en riesgo de infección por VPH.
Este tipo de cáncer se puede prevenir de una manera sencilla. Puesto que para el desarrollo del cáncer de cuello de útero es necesaria la infección por un virus, la prevención de esta enfermedad, y de otras relacionadas con el VPH, hoy en día es posible mediante la vacunación.
Las vacunas son eficaces para todas las mujeres, independientemente de si han iniciado o no su actividad sexual. De hecho, el 94% de las mujeres participantes en los ensayos clínicos previos a la comercialización de las vacunas no eran vírgenes.
Aunque el beneficio de la vacuna es mayor cuando no ha habido exposición previa al virus, si ya ha habido infección por VPH las vacunas han demostrado proteger contra los otros tipos contenidos en la vacuna.
Lo ideal es vacunarse antes del inicio de las relaciones sexuales. En la Comunidad de Madrid se ha establecido una edad de vacunación para las niñas de 14 años dentro del calendario vacunal. Sin embargo hay estudios que avalan su eficacia y seguridad en mujeres mayores de 25 a 45 años.