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Podemos considerar que un bebé ha nacido a término si el parto se produce a partir de la semana 37 de gestación.
El tercer trimestre del embarazo sitúa a la mujer en la recta final, en este etapa algunas mujeres sienten dificultad al respirar y notan que tienen que ir al baño con mayor frecuencia. Esto se debe a la presión que el bebé ejerce sobre su vejiga.
Los tobillos, los dedos y la cara tienden a hincharse. Es normal, pero si ocurriera de forma repentina y exagerada hay que acudir al médico para descartar una posible preclampsia. El pecho se vuelve más sensible y puede segregar alguna sustancia líquida ya que se está preparando para la lactancia.
En esta etapa es habitual comenzar a sentir las primeras contracciones, llamadas “contracciones de Braxton-Hicks”. Se trata de la preparación del útero para cuando llegue el momento del parto. Son irregulares y apenas dolorosas, incluso pueden pasar inadvertidas.
El pequeño sigue evolucionando día a día en el interior del útero materno. Sobre la semana 27 puede abrir y cerrar los párpados. A partir de la semana 32 comienza un aumento rápido en la cantidad de masa corporal y sus huesos están completamente desarrollados y son blandos y flexibles.
A partir de la semana 38 sus pulmones ya están maduros y el bebé está listo para nacer.