Atrofia vaginal: síntomas, causas y tratamientos
¿Qué es la atrofia vaginal?
La atrofia vaginal o vaginitis atrófica es una dolencia que provoca sequedad e inflamación en la zona de la vagina. Aunque es más frecuente en mujeres que han pasado la menopausia, sus causas pueden ser variadas.
Causas de la atrofia vaginal
La atrofia vaginal se produce cuando existe un adelgazamiento de las paredes de la vagina, debido a una disminución del nivel de estrógenos en sangre.
La atrofia vaginal o vaginitis atrófica es una dolencia que provoca sequedad e inflamación en la zona de la vagina
Además de la mencionada menopausia, existen algunos factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de sufrir atrofia vaginal en otros momentos de la vida adulta de una mujer.
Factores de riesgo
La menopausia es el momento de la vida de la mujer en el que se produce una disminución más acusada del nivel de estrógenos en sangre, lo cual puede conducir a una atrofia vaginal.
Asimismo, algunos fármacos y tratamientos de quimioterapia o radioterapia utilizados en tratamientos contra el cáncer de mama, y los tratamientos contra la endometriosis y los miomas uterinos, también pueden provocar este efecto secundario.
Otros factores, a priori menos agresivos pero igual de nocivos en este aspecto son el estrés, una práctica excesiva de ejercicio físico o el consumo de tabaco.
Síntomas
Los síntomas más comunes de la vaginitis atrófica son la disminución de la lubricación vaginal y el escozor en la zona de la vagina al orinar.
También suelen ocurrir molestias durante las relaciones íntimas tras las cuales, en los casos más severos, se puede llegar a producir un sangrado vaginal.
Por último, las infecciones de orina recurrentes son otro de los síntomas que se asocian con la atrofia vaginal o vaginitis atrofia.
Tratamientos
Para conocer el tratamiento más indicado para cada paciente de atrofia vaginal, es necesario que un especialista analice el caso.
Lo más común es que se recomiende una modificación de los hábitos de vida, como son dejar de fumar, llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio moderado, y procurar tener una vida sexual activa, puesto que las relaciones sexuales favorecen la secreción vaginal.
Los tratamientos tópicos no hormonales también pueden ser una solución en casos en los que la dolencia no sea extremadamente grave; en este sentido, el ginecólogo puede prescribir tratamientos hidratantes para la vagina o lubricantes vaginales, indicados para mejorar las relaciones sexuales.
En estados muy graves de la dolencia, se realizarán tratamientos hormonales que pueden ser a nivel local, con la aplicación de estrógenos localizados, o a nivel sistémico únicamente en aquellas mujeres que presenten alta sintomatología, ya que pueden acarrear algunos efectos secundarios graves.
Si crees que puedes estar sufriendo atrofia vaginal, pide tu cita en nuestra Unidad Especializada para que podamos realizar una exploración y pautar el tratamiento que mejor se ajuste a tu caso concreto.